miércoles, 1 de mayo de 2013

RED DE COMERCIO ÉTICO CRUZ HUMILLADERO Málaga.


¿Has oído hablar del efecto mariposa? Es un concepto según el cual el pequeño aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami en la otra parte del mundo.

Te presentamos la Red de Comercio Ético, a través de ella pretendemos apoyar a aquellos comerciantes de nuestro barrio que no explotan a sus trabajadores y que, al menos una parte de los productos que ofrecen, vienen del comercio ético.


La Red de Comercio Ético Cruz Humilladero en Málaga es ya una realidad. Cerca de cuarenta comercios se han unido a la Red y estamos comenzando a darle difusión y a trabajar en la concienciación de los vecinos para potenciar el consumo sostenible y justo.

Durante más de un año la Asamblea 15M ha estado trabajando en la recogida de firmas entre los vecinos y en el contacto con los comerciantes para presentarles la idea y recabar su apoyo. Es una apuesta por el pequeño comercio del barrio y, a través de ella, el 15M de Cruz Humilladero se hace presente en la realidad vecinal para trabajar en la toma de conciencia y en la capacidad que los consumidores tienen de cambiar el actual status quo.

Es sólo un pequeño primer paso, aún queda lo más importante, pero no tenemos prisa porque vamos lejos.



El pasado sábado día 20 de abril celebramos un Encuentro Vecinal donde, entre otras cosas, presentamos el Proyecto

VÍDEO DEL ENCUENTRO







Y hemos creado un blog de difusión, pincha aquí




sábado, 23 de febrero de 2013

#23FYoVoy




Marea Ciudadana Unida contra los
recortes y por una verdadera Democracia


La presión de los mercados financieros, la deuda ilegítima creada por el propio sistema financiero especulativo y las brutales políticas de ajuste dirigidas contra la mayoría de la sociedad, junto con la corrupción y la pérdida de legitimidad de las instituciones, están causando en nuestro país la mayor crisis de la democracia de las últimas décadas.
El creciente desempleo, el ataque a la Sanidad y la Educación públicas, a los derechos laborales y sociales, al medio ambiente, nos ha hecho confluir en las calles, en las mareas ciudadanas, blanca, verde, roja, naranja, groga, amarilla, negra, azul, violeta… defendiendo nuestros derechos.
Una sociedad justa y viable sólo será posible si la ciudadanía se une para defender los derechos sociales por encima de los mercados y la política honesta y la justicia social por encima de los intereses de las elites financieras.
La reforma del artículo 135 de la Constitución española, sin consulta alguna a la ciudadanía, supedita todos los recursos del Estado al pago de esta deuda ilegítima a costa de recortar todos los servicios públicos y de subastar a precio de saldo el patrimonio del Estado. Esta reforma supuso un “golpe de estado financiero”, primando el pago de los intereses frente a las obligaciones propias de un Estado Social y de Derecho.
En 1981, tras el golpe militar, la ciudadanía se manifestó masivamente en defensa de la Libertad y la Democracia. Ahora, 32 años después, llamamos a toda la ciudadanía, a todas las mareas, asambleas, organizaciones y colectivos a confluir en una jornada de movilización el próximo 23 de febrero.
Por la Democracia, la Libertad y los Derechos sociales.
No al golpe de estado financiero. No debemos, no pagamos.
Hay alternativas. Hay soluciones:
- Por la Justicia social y ambiental.
- Por la Transparencia y la Democracia participativa.
- En defensa de unos Servicios Públicos y Universales.
- Por una Auditoria Ciudadana de la Deuda. Contra la Deuda ilegítima.
Marea Ciudadana Unida contra los recortes y por una verdadera Democracia

jueves, 6 de diciembre de 2012

FORTALECED LAS MANOS, ENDEREZAD LAS RODILLAS


Sinopsis:
Primer libro publicado por mi amigo José Montes, "Fortaleced las manos, enderezad las rodillas" es un ensayo sobre el compromiso social necesario y las claves para que éste sea sostenible en el tiempo.

A través de sus más de 470 páginas el autor hace un recorrido sobre los principales temas que tienen que ver con el entorno social en el que vivimos, y lo hace desde su militancia católica y su compromiso personal con los empobrecidos. 

La reacción inexcusable ante lo que está cayendo sólo es posible desde un análisis crítico, un abrir los ojos y una búsqueda de causas y efectos. A través de sus 50 capítulos, donde se hace un repaso a todas y cada una de las dimensiones que componen nuestra realidad individual y social, José Montes nos propone su visión particular, apoyada en un análisis riguroso, y sus propuestas de acción. Asuntos como el Ser Humano, la Libertad, la Educación, la Democracia, los Partidos Políticos, los Derechos Humanos, la Economía, la Banca, la Solidaridad... Son tratados con una pedagógica visión sociológica y una apuesta decidida por la revisión en clave de justicia social.

Comprometerse con el cambio social y mantener ese compromiso en el tiempo no es fácil, el desgaste emocional, las frustraciones más que frecuentes y los interminables debates incluso con los que están a tu lado hace que muchos se queden en el camino y desistan. Este libro quiere ser también un aliento, un apoyo intelectual y razonado a que la lucha debe de continuar, a pesar de todo. Porque es mucho lo que nos jugamos.

Este tratado va también dirigido a todos aquellos que aún no han encontrado motivos para indignarse y que siguen al margen de los acontecimientos, como si esto fuera posible. Les invita a formarse y a informarse, a ser críticos y a no ser idiota -luego explico esto-.

La portada está realizado por Pablo C. Revidiego, otro artista amigo que ha creado un diseño original donde, en palabras suyas,  se sugiere "lo que está por acabar".

Sobre el autor:
El autor
José Montes Martín es malagueño, nacido en 1958 el 25 de Marzo, festividad de la Encarnación. Tal vez esta fiesta, que celebra la humanización de lo divino y la divinización de lo humano, haya tenido que ver algo en su pretensión personal de compromiso con lo humano y lo social desde sus convicciones cristianas.
Nació y creció en una familia humilde y, en la actualidad, es vecino de un barrio con especiales necesidades de transformación social de su ciudad natal. Desde hace algunos años encamina su vida profesional hacia la promoción de empresas de inserción laboral
Cuenta con una amplia experiencia de vida asociativa, habiendo sido presidente de varias entidades. Tiene una dilatada trayectoria de dedicación voluntaria al desarrollo integral de la infancia y juventud más desfavorecida. Participa del movimiento vecinal y en planes y proyectos socio-comunitarios.
Le incumben los problemas sociales y políticos de la actualidad, ante los cuales, pretende mantener una implicación constructiva que dice armonizar sin problemas, por coherencia y necesidad, con su fe y compromiso cristiano. Es un indignado activo que sigue confiando en la fuerza de la verdad y que aspira, con constancia y paciencia, a mantenerse en el difícil equilibrio de una vida contemplativa en este mundo frenético.

Puedes leer un capítulo del libro si pinchas aquí.

Mi comentario:

He tenido la suerte de ser uno de los primeros en leer este ensayo o tratado como prefiere llamarlo el autor, porque he tenido la suerte de pelear muchas batallas con Pepe Montes desde hace más de treinta años, muchas batallas y muchos debates, que todo hay que decirlo. Aunque yo últimamente no me levanto muy católico, él ha seguido fiel en su fe y en su compromiso, con una coherencia de vida difícil de encontrar hoy en día. Así que me sentí muy honrado cuando me propuso escribir el prólogo y yo, que a veces soy mu atrevido, le dije que sí.

Y para una vez que me puedo copiar a mí mismo, os dejo un amplio extracto del mismo. Por cierto, aprovecho para meter la cuña crítica que si no, no parece que esta reseña la haya escrito un servidor, a la editorial hay que decirle que para la próxima tirada revise la edición, en el prólogo se han comido varias palabras que dejan sin sentido algunas frases. Os dejo el texto original:
Prólogo.
El prologuista
"En septiembre de 2012, en una entrevista televisada, el periodista Jordi Évole le preguntaba al ex ministro Álvarez Cascos sobre los motivos que tuvo el Gobierno de Aznar para no escuchar las masivas manifestaciones contra la Guerra de Irak, la respuesta me dejó perplejo, no por inusitada, sino por evidente: “Había que tener en cuenta a la mayoría silenciosa”. Unos días después, tras las manifestaciones del 25S para rodear el Congreso y denunciar la falta de democracia real, Mariano Rajoy hacía un reconocimiento público a “la mayoría de los españoles que no se manifestaban”. Utilizar a la mayoría inmovilista es la coartada perfecta para gobernar injustamente sin que lo parezca. Pero esto no es sólo un problema de derechas, la izquierda utiliza también el silencio para arrogarse en su representante y entre todos han convertido lo que pretende ser un sistema democrático en una partitocracia donde los partidos miran por sus intereses so pretexto de estar al servicio de la mayoría.

Afirma el filósofo Fernando Savater en su ensayo “Política para Amador” que “los antiguos griegos a quien no se metía en política le llamaban IDIOTÉS; una palabra que significaba persona aislada, sin nada que ofrecer a los demás, obsesionada por las pequeñeces de su casa y manipulada a fin de cuentas por todos. De ese “idiotez” griego deriva nuestro idiota actual”.

No hace mucho me he encontrado con la siguiente frase en las redes sociales: “A usted, ¿no le interesa la política? Los políticos deciden por su salud, educación, por su salario, por su trabajo, venden los recursos naturales a empresas extranjeras, deciden perdonar a los grandes bancos, los mismos que a diario le embargan sus bienes… ¿A usted, no le interesa la política?”.

Y así podría seguir citando frases, reflexiones, estadísticas y datos que demuestran hasta qué punto, como llegó a decir Martin Luther King, “Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”. Y es que ahora más que nunca, la información fluye, la capacidad de convocatoria se dispara y las posibilidades de romper el status quo se multiplica hasta el infinito. Por eso, ahora más que nunca, resulta desconcertante el silencio de los buenos.

Están desmontando, de a poco, el Estado del Bienestar, que bien o mal había permitido a una parte de la humanidad avanzar en derechos sociales, bajo el paraguas de una sociedad mínimamente justa y solidaria. Nada fue regalado, costó muchos años de lucha y compromiso activo de nuestros abuelos para que todos tuviéramos derecho a cosas que ahora nos parecen de cajón pero que, ni antes ni aún hoy en la mayor parte del globo, están reconocidas. El derecho a una jornada laboral que sea compatible con la vida familiar, el derecho a unas vacaciones pagadas, el derecho a no ser despedido arbitrariamente y sin indemnización, el derecho a tener representación sindical, el derecho a la huelga y a la propia jubilación, son, como aquél que dice, derechos que tienen dos días. Y lo mismo podríamos decir del derecho a la educación y a la sanidad universal y gratuita, a la participación política, a la de asociarse, a la de reunirse etc. etc. etc. 
...
Hay una pregunta simple que todos nos podríamos hacer ¿a quién beneficia esto? En la respuesta está la clave, la raíz y el porqué de todo. Los beneficiados son los que han provocado y están sacando rédito de la situación. Que no me cuenten milongas sobre oportunidades en tiempos de crisis. Nos están robando y pretenden esclavizarnos. Una de las mayores tropelías de los últimos tiempos la cometió el PSOE cuando aprobó, con el apoyo del PP, modificar la Constitución para dar prioridad, por encima de cualquier otra necesidad básica, ¡al pago de los intereses de la deuda! Sé que alguno, y alguna, pensará que exagero, lamentablemente cuando lleguemos a saber si es así o no, será demasiado tarde.

Pero lo que clama al cielo es que en esta sociedad del espectáculo, quienes permanecen indiferentes e inactivos, tienen más peso y capacidad para determinar el futuro, por omisión, que quienes intentan, dentro de sus posibilidades, complicarse la vida y luchar por una sociedad más justa y por un futuro acorde con la dignidad humana.

El ensayo que tienes entre tus manos, es un esfuerzo, una invitación para analizar la realidad en todas sus facetas, tomar conciencia de ella y juzgar en consecuencia. No es una invitación teórica, es una puesta en situación para iniciar el sendero imprescindible. Una vez juzgada la situación con ojos críticos, hay muchas y variadas cosas que los ciudadanos podemos hacer para participar activamente en la construcción de otro mundo posible. Tan sólo hay una que no nos podemos permitir, la indiferencia."

El acto de presentación:






Por una vez, y sin que sirva de precedente, incluyo un enlace a la página del libro donde se puede comprar; el autor lo agradecerá y tú también:

miércoles, 10 de octubre de 2012

"El 15-M deconstruye las imágenes de enemigo"

Me ha parecido muy interesante esta entrevista aparecida en el diario.es a Juan Gutierrez investigador y asesor por la paz. La copio completa:

Juan Gutierrez es investigador y asesor por la paz. Estudió filosofía en Hamburgo. En torno al 68 participó en el movimiento estudiantil alemán contra la guerra de Vietnam y contra casi todo. Trabajó ocho años de obrero-asistente social en un astillero. Militó malamente en un partido maoísta. Dirigió un centro de ecología en Madrid, fundó y dirigió un centro de investigaciones por la paz en Gernika (Gernika Gogoratuz que significa “Recordando Gernika”). Actualmente, es miembro y asesor de la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo y de la Red Mundial de Afectados por Violencia Política. Coordina el proyecto “Memoria y procomún” de Medialab-Prado, que reconstruye la memoria de paz de vida en España durante el período 1936-1978.

¿Qué es la imagen de enemigo?
Mejor responder qué hace. La imagen de enemigo pone y quita. Le pone cuernos y pata de chivo al otro. Es decir, le añade cosas. En primer lugar, la capacidad de dañar: el otro tiene una capacidad casi ilimitada de dañar. En segundo lugar, la intención de dañar: tiene toda la intención del mundo de hacerlo. De hecho no tiene siquiera interés por sí mismo, le mueve exclusivamente el deseo de hacer daño. Se decía por ejemplo que a Sadam Hussein sólo le movía el deseo de bombardear Israel. Pero Hussein se preocupaba por su propia vida y sabía que si bombardeaba Israel le mataban a él de vuelta. Un estratega siempre se pregunta "con mi acción, ¿qué me vuelve?" La imagen de enemigo presenta al otro como pura voluntad de hacer daño. Parecería que es lo único que le complace y le mueve. 
¿Y qué le quita?
La imagen de enemigo vacía lo humano en el otro. Le deshumaniza, le saca todo el contenido humano. El otro, visto a través de la imagen de enemigo, no quiere a nadie y nadie le quiere a él. Por ejemplo, un piloto que bombardea no distingue seres humanos, porque mira a los que corren por debajo con la imagen de enemigo interpuesta. No advierte que si mata a una madre hay un huérfano que pasará toda su vida marcada por eso. Sólo percibe seres dañinos, no el sufrimiento que causa con su acción. Como el otro es pura voluntad de hacer daño, quien le liquide será un patriota y defensor de la humanidad. Ese es el motor de la "fe ardiente" de la que hablaba el presidente húngaro Andras Hegedüs, que fue primero firmante del Pacto de Varsovia y luego se hizo disidente y sociólogo.
Pero sí que hay enemigos, hay quien hace daño.
Podemos distinguir entre "el" enemigo y "lo" enemigo. Una forma plástica de explicarlo sería la siguiente. Ante la mano que mata o mutila a otros puede haber dos actitudes: oponerse a lo que hace la mano, pero buscar lo humano en el cerebro o el corazón; o juzgar al otro sólo por lo que hace la mano. Como la mano hace una cabronada, es un cabrón. Como la mano comete un acto de terror, es un terrorista. Y sólo nos queda tirarlo a la basura lo antes posible. La imagen de enemigo es este acto de vaciado y de reducción. Pero también podemos buscar lo humano detrás del acto de inhumanidad. Constantemente nos encontramos gente que ha actuado con la mayor inhumanidad, pero luego tiene una dimensión humana en otra dirección.
¿Y si no hay otro? Quiero decir: ¿y si el enemigo es más una lógica (de poder o de explotación) que un ser humano?
Puede haber leyes inhumanas, como por ejemplo ahora la que niega la atención médica a los inmigrantes. "Lo" enemigo entonces es una estructura. Ahí no es posible buscar lo humano en el otro, porque lo humano está en los humanos y no en las estructuras. Otra variante: recuerdo a un amigo que vivía en Belfast y tenía familiares muertos en ambos lados, católico y protestante, irlandés y británico. Él me decía siempre: "el enemigo es la situación de hostilidad". Esto es, no el otro, sino la dinámica que existe entre ambos y nos enfrenta. El Acuerdo de Paz de Viernes Santo transformó la situación y quitó un gran obstáculo a una convivencia que aún está por mejorarse. En todos los casos la distinción entre "el" enemigo y "lo" enemigo sigue funcionando, ya sea lo enemigo una estructura, una dinámica o una acción.
Pero tanta complejización de la figura del enemigo, ¿no puede aguar y diluir la justa crítica a la violencia y la opresión?
Se trata de ser firmes en la crítica, pero honrando al otro. Mantener esa tensión. ¿Qué quiero decir? No podemos ser diplomáticos. La diplomacia esconde el conflicto, lo tapa. El mal que está generando el otro hay que decirlo y denunciarlo, pero usando la distinción entre el mal y la persona. Le puedes decir a una madre que su hijo está enfermo y que tal y como lo cuida lo va a matar, pero no "usted no quiere a su hijo, no es un ser humano". Distinguir entre la persona y el problema, porque el otro siempre es más de lo que está atado al problema en cuestión (aunque a veces se ate tanto que parezcan lo mismo). Siempre hay vetas donde aparece lo humano si lo buscas.
¿Qué hacemos entonces con la definición clásica de la política como distinción entre amigo y enemigo?
Primero cuestionar que sea la única definición posible. La acuñó el jurista Carl Schmitt para calificar la política de Hitler: "el que no es mi amigo es mi enemigo". Bush dijo lo mismo tras el 11-S y daba miedo escucharle. Para mí la política es el arte de gobernar. ¿En qué medida se necesita al enemigo para gobernar? Desde luego se ha usado y se usa todo el rato como recurso. Está muy metido en nuestra educación, desde la infancia con el coco: usar una imagen de enemigo para provocar o modificar un comportamiento. Pero puede haber políticas sin construcción de enemigo. Políticas que no ignoren la existencia de conflictos, pero que los aborden de modo que no tenga que haber vencedores y vencidos. Mors tua vita mea, se decía en el Imperio Romano. Tu muerte, mi vida. Es una forma de hacer política, pero no la única.
¿Pero de qué otra forma se puede transformar la realidad?
Me gusta mucho citar el ejemplo de Mandela. Mandela decidió y organizó la lucha armada contra el apartheid. Lucha armada, no hablamos de cualquier cosa. Pero él, como portavoz que era de la "Carta de la Libertad" elaborada durante más de un año por un millar de miembros del Congreso Nacional Africano, dirigía siempre este mensaje a los blancos: "no queremos que os vayáis de África del Sur, sabemos reconocer y valorar todo lo que habéis aportado al país. Lo que queremos es que nos miremos a los ojos en igualdad. Os damos la mano, pero primero hay que hundir la estructura que nos divide". Mandela no quería tirar a nadie a la basura, pensaba que su país se podía enriquecer con la presencia de los blancos una vez derrumbado el muro del apartheid. Su gran enseñanza no es tanto que siempre y en cada situación haya que ser noviolento, como que se trata de abrir una vía en todo lo que haces para honrar al otro. Incluso diría que esta vía es más realista y efectiva a largo plazo.
Explícame mejor esto último.
Mientras estaba preso, Mandela se hizo amigo de uno de sus carceleros. Honrándole y no tratándole como enemigo, encendió su humanidad e hizo que se saliera del carril donde estaba y se pasara a su lado. No fue el único caso. En el juego de espejos de la imagen de enemigo no se genera nada, los reflejos se reproducen al infinito. Es el famoso chiste del humorista Pierre Desproges: "El enemigo es tonto: cree que nosotros somos el enemigo, ¡cuando el enemigo es él!" Proyectando imagen de enemigo chocas con lo que tú mismo has puesto ahí, un escudo que tapa la humanidad del otro y alienta su respuesta destructiva. Mandela consiguió atravesar ese escudo y encontrar al otro como ser humano. Entonces, las palabras que salían de su boca (y que no callaban ninguna crítica) le llegaban a su carcelero cargadas de mucha más fuerza porque le interpelaban como ser humano. Si no hay imagen de enemigo de por medio, es posible afectar,tocar al otro, hacer un engarce con él.
¿Ves al 15-M en esa línea?
A mí me gusta pensar el 15-M como un erizo. Carne tierna y púas infinitas, la dimensión acogedora e incluyente y los noes. La púa mide la realidad desde el trato que recibe mi dignidad humana. ¿Esto asfixia o estrangula mi dignidad? Entonces saco una púa para pincharlo y respirar libremente, con independencia de si tiene su objetivo a cinco centímetros o tiene que cruzar tres galaxias (la dación en pago o la autogestión). El mismo nombre "indignados" arranca de la palabra dignidad. El 15-M define la realidad desde la dignidad, no en qué medida la llevo dentro, sino cómo la encuentro encajonada, maltratada y herida por los poderes que manejan el mundo. E invita a cualquiera a sumarse como uno más partiendo de las heridas que cada cual sufre en su dignidad. Esto se vio claro en las marchas a Madrid desde provincias en junio 2011 que iban recogiendo los diferentes agravios en asambleas por los pueblos y el campo.
Se dice que el 15-M es un movimiento muy light, que no ha cambiado nada y que, "con la que está cayendo", necesitamos otra cosa.
Bueno, decir que la labor negadora del 15-M no existe, que es un movimiento tan inclusivo que funciona sin noes, que es una mermelada y que ya no estamos para mermeladas, es algo muy corto. Las púas del 15-M han dicho "no" a lo que hay y un no tan incisivo que ha hecho que instituciones protegidas por una membrana desde hace décadas como la monarquía, el Parlamento o el sistema de partidos estén descubriendo ahora todas sus miserias y todo el mal que se genera desde ellas. Hace falta una capacidad importante de ignorar la realidad para decir que el 15-M no ha cambiado nada. Lo que ocurre es que las púas del 15-M no chocan y se embotan con la imagen de enemigo, sino que apuntan a lo inhumano sin negar la humanidad en el otro, sino abriendo vías para explorarla y encontrarte con ella. El 15-M no convierte en enemigo aquello que rechaza.
Explícame eso más concretamente.
Pienso por ejemplo en la noviolencia ostentativa, alegre y activa del 15-M. No se trata ya de la noviolencia ghandiana. La ghandiana era masoquista subida. No de un ciudadano que goza de la vida, sino más bien de un faquir que dice: "no causo sufrimientos a otros, me los trago y hago ostentación de los sufrimientos que me trago". La noviolencia del 15-M nace distinta, es una mutación que reinterpreta todo un legado histórico. No es sólo para los que tengan el "alma grande", sino para cualquiera. No es para pocos, sino masiva, oceánica. Se mueve en el anonimato lo cual significa, no que aparezcamos todos desdibujados, sino que la riqueza humana no se la apropia una figura sobresaliente que empequeñece a las demás. Es una noviolencia que cruza incluso guiños de complicidad al otro lado de las barreras policiales. Y que se dirijan a ti como a un ser humano y no como a un enemigo, eso sí que duele.
Pero la policía responde a porrazos. ¿Qué hacemos con la violencia que viene del otro lado?
La noviolencia no debe separarse de la violencia, sino esforzarse por entenderla (que es algo distinto a justificarla). Hay que entender lo que mueve a los antidisturbios a actuar, lo que pesa sobre ellos. Recuerdo en una manifestación del 15-M a una chica que gritaba a la policía: "sois como nosotros, uniros". No es verdad. El 15-M dice "sin casa, sin curro, sin miedo". Pero al policía, si le dan una orden y no la cumple, igual le echan, se queda sin trabajo y sin sueldo. Hay que entender las razones que impiden al otro sumarse a ti, entender cómo ha llegado hasta dónde está, sus valores, etc. Eso pasa por quitarle la imagen de enemigo. Es la única forma de tejer alguna complicidad aunque sea mínima y pase sólo por pequeños gestos, actitudes y miradas. En el enfrentamiento más duro se pierde todo eso, porque sólo hay imágenes de enemigo por todas partes. Y golpear a un enemigo es siempre mucho más fácil que golpear a un ser humano.
Pero la noviolencia del 15-M no ha conseguido parar los recortes.
¿Y la lucha de los mineros sí? Una forma falsa de definirse como realista es decir que el otro ha perdido contacto con la realidad. A veces hay objetivos que no son alcanzables a corto plazo, ni por las buenas ni por las malas. Decir que por las buenas no se consigue no es una razón, habría que ver qué se consigue por las malas. La violencia siempre se ha justificado de ese modo: "no sirven las cosas pacíficas, hay que meter más energía, meter la propia vida, amenazar la del otro". Pero está por ver que así se sea más eficaz. La noviolencia del 15-M, con la democratización actual de la comunicación, plantea un verdadero desafío a los poderes. No saben manejarla, le aplican constantemente imagen de enemigo ("son lobos con piel de cordero"), pero no sirve de nada. El 15-M es un gran deconstructor de imágenes de enemigo: "No somos antisistema, el sistema es antinosotros". ¿Quién respira el aire del 15-M en la población? Una inmensa mayoría. Está claro que el endurecimiento de las políticas del PP busca acabar con ella y construir a su otro como enemigo. Saben que la presión ciudadana puede acabar poniendo límites a sus políticas.
En torno al 25-S hay una sensación de "cambio de fase", de que ahora necesitamos algo más directo, contundente y eficaz que el 15-M.
Estamos en un mundo donde pasan muchas cosas jodidas y el erizo tiene que sacar sus púas. Estoy de acuerdo. El problema es que la "radicalización" implique una simplificación de las cosas, recortando dimensiones de la riqueza del 15-M, haciendo así que pierda fuerza y se deshinche. Un ejemplo: el 25-S pretendía tensar el enfrentamiento, superar barreras de miedo, acelerar los acontecimientos, pero los padres y las madres no pudieron ir a la manifestación con sus niños porque podía ser peligroso. ¿No es esta otra forma de delegación política de los "incapaces" en los "capaces"? Y otra cosa. En la lógica dialéctica entre opresor y oprimido encuentras mucha acusación y mucha denuncia, pero no la riqueza que hay ya aquí y ahora en el oprimido y que se desplegaba como ríos por los campamentos del 15-M: la alegría del compartir, los engarces de vida, la construcción colectiva, los tráficos de amistad y ternura. Así nos quedamos sólo con las púas del erizo y perdemos riqueza.
Un amigo dice que entre el 15-M y el 25-S hemos pasado del "no nos representan" al "a por ellos". Una radicalización del enfrentamiento del 99% contra el 1% que aspira a cambiar las reglas de juego del poder.
Yo le haría dos preguntas críticas al 25-S. La primera, ¿hay algo humano que buscar en el otro lado o sólo hay hijoputas y criminales? ¿Es un búnker o lo estamos bunkerizando porque lo vemos a través de la imagen de enemigo? ¿Te diriges al otro (con tus críticas) como ser humano o chocas con la imagen de enemigo? Bueno, sobre esto ya hemos hablado suficiente. Y la segunda, ¿cuánto tiempo necesitamos para superar la maldición de Hegel que decía que la ciudadanía es incapaz de gobernarse a sí misma? Recordemos que el campamento de Sol duró sólo cinco semanas o que las asambleas barriales se han vaciado y achicado muchísimo en este tiempo. Construir es más difícil que destruir y sus tiempos son muy distintos. Si tomáramos el poder creo que no sabríamos muy bien qué hacer con él. ¿Cómo vamos a adquirir esa capacitación? ¿Exclusivamente por vías rápidas de enfrentamiento y tensión?
Rodear el Congreso tendría que añadir esa otra dimensión, ¿no?
Creo que sí. Hay que conocer, deslegitimar y poner en la picota todos los resortes escondidos que un parlamento tiene para funcionar en función de intereses que no son de la sociedad, sino de los que la oprimen. Decir lo indecible, presentar lo impresentable. Pero también necesitamos crear estructuras para que la ciudadanía se gobierne a sí misma. La auto-educación de la ciudadanía sólo puede ser un proceso lento y esa temporalidad choca con la búsqueda de eficacia directa e inmediata. Hay que resistir a la idea neoliberal de eficacia que se instala por todos lados: "no podemos perder el tiempo con procesos largos, muy vagos y abiertos, necesitamos frutos claros y tangibles ya".
Otra idea de cambio social implica también otra temporalidad.
Está madurando y calando una política ciudadana. No partidista, no troceada en partidos que seleccionan sólo lo que les favorece y perjudica al de enfrente. Una política sin jerarquías y no excluyente, muy anónima, donde todo el mundo es sustituible. Es un "cambio climático" que tendrá mareas altas y bajas, olas encrespadas y espumas, pero lo más importante es la ola de fondo. La ola de fondo es esa nueva política ciudadana que viene. Durante algún tiempo todavía, veremos infinitos juegos, engarces transitorios y tensiones entre la política de partidos y esa política ciudadana. Necesitamos los tiempos de un proceso histórico para superar la maldición de Hegel.
Por último, Juan, ¿por qué honrar al otro y no optar mejor por el antagonismo puro y duro contra quien obstaculiza nuestra potencia? ¿Por qué la paz y no la guerra?
Se pueden dar tantas respuestas a eso... No es una elección moral, sino de vida contra la muerte. La necesidad de la vida es compartir y aportar vida a otros. La guerra siembra y cosecha muerte. El objetivo de la guerra no es matar, pero es el medio para doblegar la voluntad de otro a la mía. Eso es nítido en el teórico de la guerra por excelencia, Von Clausewitz. Entre guerra y paz hay una elección de vida. No vida encorsetada en mí mismo como ser aislado. Ni siquiera en mi grupo con frontera cerrada hacia afuera. Porque empiezas declarando enemigo al de fuera y acabas buscando al enemigo interno. Eso es lo más bonito del 15-M: es un espacio de vida compartida pero sin bordes duros hacia afuera.

sábado, 29 de septiembre de 2012

PUES LA FRUTA ESTÁ MADURANDO

El 25S está resultando un antes y un después en la presión sobre los poderes públicos. Ojalá se mantenga la estrategia noviolenta y la constancia. No me duelen prendas en reconocer que la iniciativa está dando frutos y con la ayuda del Gobierno la indignación está cundiendo también en la mayoría silenciosa.

Pego el comunicado leído hoy en la Plaza de Neptuno: 


"El pasado 25S nos convocamos a rodear el Congreso de los diputados para rescatarlo del secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika y los mercados financieros. Una ocupación ejecutada con el consentimiento y la colaboración de la mayoría de los partidos políticos. A pesar de las constantes amenazas, las manipulaciones mediáticas y la intensa campaña para infundir temor en la población, decenas de miles de personas acudimos a la cita y dijimos alto y claro que no tenemos miedo, que estamos juntas en esto y que no vamos a pararnos hasta que dimitan y se inicie un proceso constituyente.
El gobierno nos respondió con golpes, infiltraciones, detenciones, violencia indiscriminada, heridos y un despliegue policial absolutamente inédito. Sin embargo… perdió. Las imágenes de la represión han dado la vuelta al mundo y la visita de Rajoy a la ONU quedó completamente ensombrecida por la capacidad organizativa y comunicativa que hemos demostrado. El debate sobre la legitimidad de la acción del 25 se ha abierto, y hoy toda la sociedad española habla de ello, debate, opina, toma posición. Hemos iniciado una gran conversación y este es el camino que queremos seguir.
Por mucho que gobierno y medios de comunicación traten de convertir nuestras reivindicaciones en un problema de orden público, salir a la calle a reivindicar derechos es hacer política, manifestarse es hacer política, tomar la palabra es hacer política.
Seguimos aprendiendo. Hoy, 29 de septiembre, las calles se han vuelto a llenar con miles de personas que dicen basta y que quieren tirar del freno a una realidad que se está volviendo cada vez más insoportable. Y además, hoy, salimos para acompañar y sentirnos acompañados por nuestros hermanos y hermanas portugueses, griegos e italianos, rodeando su propio parlamento. Los “Cerdos” son ellos, nosotros y nosotras somos el sur de Europa, y sin el sur de Europa, no hay Europa posible.
Seguimos rodeando el Congreso porque queremos dar un salto en la movilización social y poner en el centro la recuperación de la soberanía y del poder ciudadano, es decir, de la democracia. En este año y medio hemos aprendido a integrar, a pensar y actuar colectivamente, entablando alianzas imprevisibles: mareas de todos los colores tomando la ciudad; vecinos y vecinas parando desahucios, funcionarios y funcionarias cortando calles… Ahora sabemos descifrar complejos conceptos económicos y legales, cuidarnos y cuidar a las demás, comunicarnos mejor, gestionar espacios de participación y discusión en las redes, las plazas,y los centros de trabajo; reírnos de la violenta estupidez del poder, ante la que, cada vez más, resistimos en lugar de correr. Hemos logrado ampliar los métodos de las viejas formas de lucha, y hemos llevado a cabo iniciativas que queremos seguir desarrollando desde abajo, sin atajos y paso a paso. Porque creemos que el tiempo de las decisiones tomadas por unos pocos ha terminado; porque, frente a quienes quieren dejarnos sin futuro, tenemos los medios y la inteligencia colectiva para decidir y construir la sociedad que queremos; porque no necesitamos falsos intermediarios, sino recursos y herramientas colectivas que fomenten activamente la participación política de todas las personas en los asuntos comunes.
Seguimos rodeando el Congreso para decirles a quienes dicen mandarnos que no, que desobedeceremos sus imposiciones injustas, como la de pagar su deuda, y que defenderemos los derechos colectivos: la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la participación democrática, la renta. Para iniciar un proceso que permita que los responsables de la crisis dejen de ser impunes, para que los pirómanos que han provocado nuestra crisis no sean recompensados y empiecen, en cambio, a ser juzgados.
Ni el gobierno de Zapatero, ni el de Rajoy nos han escuchado. Ambos han traicionado a sus propios votantes llevando adelante medidas que prometieron que nunca pondrían en marcha. No obedecen a los ciudadanos, no tienen la valentía ni interés para hacerlo. El gobierno Rajoy, por lo tanto, no nos sirve y exigimos su dimisión.
Hoy se han presentando los presupuestos generales del Estado para el año que viene. Esos presupuestos son el resultado de una reforma de la Constitución ejecutada a medias entre el PSOE y el PP sin que la ciudadanía pudiera decir nada al respecto. Esos presupuestos dedican mucho más dinero a pagar una deuda ilegítima que a las necesidades sociales que puede articular una salida colectiva de la crisis. Esos presupuestos son una vergüenza para la soberanía nacional, para la democracia. Y por eso tenemos que pararlos.
Queremos hacer un llamamiento a una nueva movilización cuando los presupuestos se discutan en el Parlamento. Queremos estar de nuevo aquí esos días para decirles que no, que se acabó gobernar sin preguntar.
Exigimos también el cese de la criminalización, la libertad de la persona aún detenida y que se retiren todos los cargos imputados a las otras compañeras que asimismo fueron vejadas y maltratadas en virtud de unas diligencias intolerables en un estado de derecho. Que se abra una investigación sobre la actuación policial durante el día 25.
Estos días hemos visto que podemos, si nos organizamos, si nos comunicamos, si usamos nuestras redes e infundimos confianza, calma, inteligencia colectiva. Por eso os proponemos que participéis en la Coordinadora25S, no sólo aquí en Madrid, sino en todas partes, que organicéis vuestros propios nodos de esta red, que hagáis vuestras las convocatorias… Nos están quitando lo poco que quedaba por defender. Nos queda absolutamente todo por construir.
No tenemos miedo.
Los presupuestos de la vergüenza, los vamos a rodear.
Que se vayan.
Sí se puede."

domingo, 26 de agosto de 2012

25S: LA FRUTA AÚN NO ESTÁ MADURA

PLATAFORMA ¡EN PIE!
Aunque no debería de ser necesario quiero comenzar esta reflexión dejando claro que, por un lado, sólo me represento a mí mismo, y por otro, que es mi visión personal, mi punto de vista, mi mano alzada para decir lo que pienso, a día de hoy, sobre esta iniciativa de cercar el Congreso hasta conseguir la dimisión del Gobierno y de la Monarquía, la disolución de las Cortes y la apertura de un proceso constituyente. También lo haré en la próxima asamblea del 15M donde participo y en la que se va a plantear el tema; pero ya que tengo un blog...

No me pararé a explicar los objetivos de la acción, en el enlace de la izquierda tenéis todos los datos. Tampoco voy a entrar en quién está detrás de esta iniciativa. Otorgo el beneficio de la duda a quienes la están promoviendo y doy por hecho que son personas afines al 15M y que realmente pretenden lo que dicen que pretenden. A partir de ahí me propongo, de forma breve y concisa, juzgar la oportunidad o no de la propuesta y la metodología para llevar a cabo no sólo la acción en sí, sino el propio periodo de transición descrito.

Cuando en estos días he navegado por los diferentes foros que están debatiendo sobre el tema, me he encontrado con el recurrente ejemplo de lo que pasó en Egipto para desbancar a un gobierno. Pero el mismo ejemplo me permite a mí argumentar en sentido contrario. La Plaza Tahrir -como la Revolución de los Jazminez en Tunez- fue el resultado de una situación límite por años, millones de personas desesperadas que no tenían nada que perder, sólo la vida. No era la primera manifestación que se producía, se fue germinando con el paso del tiempo y el empeoramiento de la situación social, y el objetivo era, ni más ni tampoco menos, derrocar a Hosni Mubarak. Lo lograron. Aún está por ver qué es realmente lo que han conseguido.

Por suerte en España la situación no ha llegado todavía a ser desesperante para la mayoría. Y esta mayoría está ajena a cuestionamientos que vayan más allá de la simple queja cafeteril sobre la situación actual y el temor de que en algún momento les afecte más de lo admisible. Pero no están por la labor ni siquiera de manifestarse, ni de participar en huelgas, ni de sacar el dinero del banco, ni de realizar nada que le suponga un compromiso político en el amplio sentido de la palabra. Además tienen una retahíla de argumentos para justificar su postura y tranquilizar la conciencia que no dejan resquicio alguno a la revisión autocrítica.

Y ésta es la razón principal por la que no puedo apoyar la acción del 25S: No hay indignados suficientes, la inmensa mayoría -quien no lo reconozca no es objetivo- está en el ande yo caliente, en el no se puede hacer nada y en el ya saldremos de ésta. Por no hablar incluso de los parados que están viendo las nuevas reformas laborales como una oportunidad para encontrar trabajo, aunque sea precario y a costa de la pérdida de todos los derechos.

Queda mucho trabajo por hacer de concienciación, mucha labor desde los barrios, muchos gestos y muchas acciones pequeñas que vayan despertando conciencias, abriendo ojos, propiciando el debate, invitando al compromiso y a la acción. Mientras, la situación seguirá empeorando, lo sé, pero si quemamos etapas antes de tiempo lo único que se conseguirá es dar pasos atrás y más argumentos a la retahíla.

Por otro lado, veo lagunas en la metodología. Se pide la dimisión del Gobierno y la disolución de las Cortes Generales y la Jefatura del Estado, a la par que se exige derogación de leyes, nacionalización de empresas estratégicas, cauces de participación, etc. ¿Quién se supone que gestionaría eso si estás pidiendo la disolución de toda la estructura legislativa y ejecutiva del Estado?

Por último, tampoco apoyaría esta iniciativa por muy bien planteada y por mucha mayoría que la pudiera respaldar sin una apuesta clara y decidida por la Noviolencia; como ha sido seña de identidad del 15M desde su nacimiento. No creo en eufemismos de autodefensa legítima, porque tampoco creo en los ejércitos. Si se quiere realmente subvertir el sistema, buscar alternativas justas e igualitarias, dar paso a la fuerza de la razón, romper con el pasado histórico de guerras y luchas fraticidas, no queda otra que renunciar a la propia violencia y luchar desde la metodología y filosofía de la Noviolencia, que no es simplemente renunciar a la violencia, sino construir desde la justicia; porque el fin no justifica los medios. Pero ese debate también está por realizar.

Concluyo, la fruta no está madura, bajo mi punto de vista, y mientras no lo esté cogerla del árbol es postura poco inteligente. Y dicho esto, digo también que sigo abierto al debate razonado y a la búsqueda de nuevos argumentos que me desmientan o den luz en el análisis.

PD: Acabo de encontrarme con la siguiente crónica: Zona crítica
Se ha creado esta nueva coordinadora: Coordinadora #25s
Ya veremos cómo evoluciona esto.

miércoles, 15 de agosto de 2012

DE CRISTIANO A CRISTIANO


DE CRISTIANO A CRISTIANO, 

Carta al ministro del Interior sobre los sucesos de Écija
Una carta del teólogo José Ignacio González Faus.

Mi querido señor ministro: Acabo de oír por radio sus declaraciones a propósito de los sucesos en el
supermercado de Écija. Reconoce Ud. que hay mucha gente que lo está pasando mal, pero arguye con el clásico axioma moral: el fin no justifica los medios.

Como el ideario de su partido apela a “los principios del humanismo cristiano”, me permito recordarle que según esos principios no hubo en aquella acción ningún uso de medios moralmente ilegítimos (en su legalidad no entro ahora).

Los principios del humanismo cristiano proclaman que “en casos de extrema necesidad todas las cosas son comunes” (in extrema necessitate omnia sunt communia). Porque “la distribución y apropiación de las cosas que procede del derecho humano no puede impedir que estas cosas remedien las necesidades de los hombres. Por eso todo lo que uno tiene de más lo debe a los pobres para su sustento. Y si la necesidad de alguien es tan grave y tan urgente que hay que remediarla con lo primero que se tenga a mano…, entonces cualquiera puede remediar su necesidad con los bienes de los demás, tanto si los quita de modo público como secreto; y esta acción no reviste carácter de robo ni de hurto”.

Estas palabras no son del alcalde de Marinaleda ni del innombrable Carlos Marx. Son de Santo Tomás de Aquino, uno de los pilares de ese humanismo cristiano al que Uds. dicen seguir. Y puede verlas en la Summa Theologica (2ª 2ªe, cuestión 76).

A ellas añadirá el cardenal Cayetano, gran comentador de Tomás, que un juez puede distribuir entre los necesitados el dinero sobrante de los ricos. Me pregunto, pues, si no están Uds. en el atolladero de aplicar la ley contra unos principios que dicen regular el ideario de su partido, quedando como embusteros ante la ciudadanía.

Entiendo además que si Ud. esgrime ese principio de que el fin no justifica los medios, se volverá inmediatamente contra toda la política de este gobierno: para un fin de suyo legítimo y necesario como es rebajar nuestra deuda, ha recurrido el gobierno a medios inmorales (temo que quizás también anticonstitucionales) como son privar a mucha gente de derechos constitucionales, de los ingresos mínimos indispensables, abocarlos al hambre, a la desesperación, a la falta de asistencia médica indispensable, a tener que recurrir a unas Caritas ya desbordadas y a quedarse sin vivienda después de un enorme esfuerzo y encima con una deuda impagable para la que ni siquiera vale el principio lógico de la dación por pago.

La mayoría de los medios que han aplicado Uds. para saldar la deuda española son inmorales y no se justifican por ese fin tan legítimo.

Hace poco habló el presidente del Gobierno de posibles nuevos recortes en esa misma dirección, para reunir 65.000 millones de euros imprescindibles. Su gobierno debe saber que, en España, hay 16 personas que poseen ellas solitas unas fortunas cercanas a los 60.000 millones. Sólo 16 personas entre más de cuarenta millones de españoles. No creo pues que, a la luz del humanismo cristiano, pueda caber duda de cuáles hubieran sido los medios legítimos.

Porque, por otro lado, se repite ahora que todo el dinero que nos va a prestar draconianamente la UE es “para tapar los agujeros de los Bancos”. Ya habíamos oído mil veces que el problema de nuestra deuda era sobre todo de carácter privado y no público; y ahora lo vemos confirmado al saber dónde van a ir esos primeros 30.000 millones que esperamos recibir el mes que viene. Los Bancos y sus agujeros han sido efectivamente los primeros causantes de nuestro desastre actual (sin negar ahora otros factores exteriores a España).

Y lo fueron porque, para un fin de legitimidad muy discutible (como era el enriquecerse más y más) pusieron en juego medios absolutamente ilegítimos, otorgando préstamos que sabían que no podían ser devueltos pero de los que esperaban resarcirse con expropiaciones forzosas mucho más pingües de lo que se expropió en el supermercado de Écija.

¿Sabe Ud. cuántas viviendas inútiles son hoy propiedad de los Bancos? Un ministro del interior debe conocer ese detalle. Como sabrá también que a bastantes gentes ancianas y no muy letradas que tenían en Bankia unos ahorros de seis mil o diez mil euros que constituían toda su fortuna, se las engañó haciéndoles firmar un papel que “iba a ser su solución”, y se les convirtieron los depósitos en acciones, robusteciendo al Banco y debilitándolas a ellas al impedirles disponer de su dinero ahora que lo necesitan.

Si Ud. está decidido a no permitir que para fines en sí legítimos se usen medios ilegítimos, no dudo de que, antes que al alcalde de Marinaleda y su grupo, llevará Ud. a los tribunales a una serie de banqueros de cuyo nombre prefiero no acordarme para esperar a que los investigue la justicia.

O mejor: déjeme decirle que dudo mucho de que Ud. se atreva a hacer eso que sería tan justo: porque son esos Bancos quienes financian buena parte de sus campañas electorales que, tal como están, son otro medio ilegítimo que no queda justificado por el fin de ganar unas elecciones. Y, por supuesto, esto último no vale sólo para su partido sino también para otros del Estado.

Puedo equivocarme como todo ser humano. Pero siempre he tenido la impresión de que, en su partido, suelen argumentar apelando a grandes principios universales indiscutibles, pero que no se aplican al caso concreto que se discute. Y que además suelen exigir a los demás lo que no se exigen a Uds. mismos. Debo confesar que las declaraciones suyas que acabo de oír por radio, me confirman una vez más en esa impresión.


Gracias por haberme leído. Quedo de Ud. atentísimo

José Ignacio González Faus

martes, 14 de agosto de 2012

Un cañón en el culo (Juan José Millás)

Transcribo el artículo de Juan José Millás aparecido hoy en el diario El País, no tiene desperdicio:

"Si lo hemos entendido bien, y no era fácil porque somos un poco bobos, la economía financiera es a la economía real lo que el señor feudal al siervo, lo que el amo al esclavo, lo que la metrópoli a la colonia, lo que el capitalista manchesteriano al obrero sobreexplotado.La economía financiera es el enemigo de clase de la economía real, con la que juega como un cerdo occidental con el cuerpo de un niño en un burdel asiático. Ese cerdo hijo de puta puede hacer, por ejemplo, que tu producción de trigo se aprecie o se deprecie dos años antes de que la hayas sembrado. En efecto, puede comprarte, y sin que tú te enteres de la operación, una cosecha inexistente y vendérsela a un tercero que se la venderá a un cuarto y este a un quinto y puede conseguir, según sus intereses, que a lo largo de ese proceso delirante el precio de ese trigo quimérico se dispare o se hunda sin que tú ganes más si sube, aunque te irás a la mierda si baja. Si baja demasiado, quizá no te compense sembrarlo, pero habrás quedado endeudado sin comerlo ni beberlo para el resto de tu vida, quizá vayas a la cárcel o a la horca por ello, depende de la zona geográfica en la que hayas caído, aunque no hay ninguna segura. De eso trata la economía financiera.

Estamos hablando, para ejemplificar, de la cosecha de un individuo, pero lo que el cerdo hijo de puta compra por lo general es un país entero y a precio de risa, un país con todos sus ciudadanos dentro, digamos que con gente real que se levanta realmente a las seis de mañana y se acuesta de verdad a las doce de la noche. Un país que desde la perspectiva del terrorista financiero no es más que un tablero de juegos reunidos en el que un conjunto de Clicks de Famóbil se mueve de un lado a otro como se mueven las fichas por el juego de la Oca.

La primera operación que efectúa el terrorista financiero sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca. Es decir, la desprovee del carácter de persona, la cosifica. Una vez convertida en cosa, importa poco si tiene hijos o padres, si se ha levantado con unas décimas de fiebre, si se encuentra en un proceso de divorcio o si no ha dormido porque está preparando unas oposiciones. Nada de eso cuenta para la economía financiera ni para el terrorista económico que acaba de colocar su dedo en el mapa, sobre un país, este, da lo mismo, y dice “compro” o dice “vendo” con la impunidad con la que el que juega al Monopoly compra o vende propiedades inmobiliarias de mentira.

Cuando el terrorista financiero compra o vende, convierte en irreal el trabajo genuino de miles o millones de personas que antes de ir al tajo han dejado en una guardería estatal, donde todavía las haya, a sus hijos, productos de consumo también, los hijos, de ese ejército de cabrones protegidos por los gobiernos de medio mundo, pero sobreprotegidos desde luego por esa cosa que venimos llamando Europa o Unión Europea o, en términos más simples, Alemania, a cuyas arcas se desvían hoy, ahora, en el momento mismo en el que usted lee estas líneas, miles de millones de euros que estaban en las nuestras.

Y se desvían no en un movimiento racional ni justo ni legítimo, se desvían en un movimiento especulativo alentado por Merkel con la complicidad de todos los gobiernos de la llamada zona euro. Usted y yo, con nuestras décimas de fiebre, con nuestros hijos sin guardería o sin trabajo, con nuestro padre enfermo y sin ayudas para la dependencia, con nuestros sufrimientos morales o nuestros gozos sentimentales, usted y yo ya hemos sido cosificados por Draghi, por Lagarde, por Merkel, ya no poseemos las cualidades humanas que nos hacen dignos de la empatía de nuestros congéneres. Ya somos mera mercancía a la que se puede expulsar de la residencia de ancianos, del hospital, de la escuela pública, hemos devenido en algo despreciable, como ese pobre tipo al que el terrorista por antonomasia está a punto de dar un tiro en la nuca en nombre de Dios o de la patria.

A usted y a mí nos están colocando en los bajos del tren una bomba diaria llamada prima de riesgo, por ejemplo, o intereses a siete años, en el nombre de la economía financiera. Vamos a reventón diario, a masacre diaria y hay autores materiales de esa colocación y responsables intelectuales de esas acciones terroristas que quedan impunes entre otras cosas porque los terroristas se presentan a las elecciones y hasta las ganan y porque hay detrás de ellos importantes grupos mediáticos que dan legitimidad a los movimientos especulativos de los que somos víctimas.

La economía financiera, si vamos entendiéndolo, significa que el que te compró aquella cosecha inexistente era un cabrón con los papeles en regla. ¿Tenías tú libertad para no vendérsela? De ninguna manera. Se la habría comprado a tu vecino o al vecino de tu vecino. La actividad principal de la economía financiera consiste en alterar el precio de las cosas, delito prohibido cuando se da a pequeña escala, pero alentado por las autoridades cuando sus magnitudes se salen de los gráficos.

Aquí están alterando el precio de nuestras vidas cada día sin que nadie le ponga remedio, es más, enviando a las fuerzas del orden contra quienes tratan de hacerlo. Y vive Dios que las fuerzas del orden se emplean a fondo en la protección de ese hijo de puta que le vendió a usted, por medio de una estafa autorizada, un producto financiero, es decir, un objeto irreal en el que usted invirtió a lo mejor los ahorros reales de toda su vida. Le vendió humo el muy cerdo amparado por las leyes del Estado que son ya las leyes de la economía financiera, puesto que están a su servicio.

En la economía real, para que una lechuga nazca hay que sembrarla y cuidarla y darle el tiempo preciso para que se desarrolle. Luego hay que recolectarla, claro, y envasarla y distribuirla y facturarla a 30, 60 o 90 días. Una cantidad enorme de tiempo y de energías para obtener unos céntimos, que dividirás con el Estado, a través de los impuestos, para costear los servicios comunes que ahora nos están reduciendo porque la economía financiera ha dado un traspié y hay que sacarla del bache. La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado.

Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros."