martes, 1 de noviembre de 2011

El 20N O LA DEMOCRÁTICA DICTADURA DE LOS PARTIDOS.

El sistema electoral español tiene varias lagunas que hacen que nuestra democracia esté desvirtuada y no sea realmente representativa.

Por una lado está la ley D´hont, que prima a los partidos más votados en detrimento de los minoritarios, hace que no todos los votos valgan igual y facilita el bipartidismo. El resultado es una democracia débil que está en manos de los partidos más votados, sin que el electorado tenga influencia real sobre los elegidos. Las listas cerradas hacen que la llave de todo la tenga el Partido, tanto para elegir a los candidatos como a la hora de controlar su actividad que debe de estar al servicio de los intereses partidistas, intereses que a su vez están al servicio de la toma del poder o de la mayor cuota posible del mismo.

De esta manera, los electores nos limitamos a participar cada cuatro años para volver a votar con los mismos condicionamientos y sin poder nunca pedir responsabilidades sobre el uso que hacen de nuestro voto. Los diputados, que teóricamente son libres a la hora de las votaciones, en la práctica son esclavos de las consignas que devienen del partido y su no acatamiento puede dar lugar a sanciones en el seno de la organización y a que no vuelvan a ser incluidos en las listas, con lo que pierden la teta de la que maman.

No, no nos representan. Representan los intereses partidistas y nos utilizan para su servicio. Prometen lo que saben que no van a cumplir y, en esta campaña, incluso lo que deberían haber cumplido mientras gobernaban y no lo han hecho; pero nos creen tan tontos que prometen lo que piensan les va a dar más votos,  como si nada de lo que se ha hecho o se está haciendo les retratara.

Ante esta realidad lo primero que uno se plantea es no participar de la farsa mientras no cambien las reglas del juego, porque no es ya que se modifique el sistema de recuento, sino que además cambien el modelo electoral. Que superemos la partitocracia y los ciudadanos podamos elegir directamente a quienes nos van a gobernar y éstos sean responsables ante sus electores del cumplimiento de sus promesas. 

Este cambio sólo es posible por la iniciativa de los propios partidos que, es evidente, no están por la labor de cambiar nada. Entonces, parafraseando a Labordeta, "habrá que empujarlo para que pueda ser", habrá que ver la manera en la que podemos llevarlos a un callejón sin salida, en el que se vean obligados a cambiar la ley porque el electorado les da la espalda. Esto no va a ser a corto plazo, y menos para el 20N, pero no tenemos prisa. Iniciativas como Democracia 4.0, opciones como votar al partido Escaños en blanco o el voto nulo, en la medida que cuajen, podrán llegar a cuestionar seriamente a esta democracia débil y obligar al cambio de paradigma.

Para mi modo de ver, es mejor votar nulo que abstenerse, en la abstención se mezclan los indiferentes con los concienciados y es difícil de valorar. Es mejor votar a un partido pequeño que a cualquiera de los grandes, a éstos hay que darles la espalda pues en sus manos está la reforma electoral y mientras se les siga votando no moverán pieza. Es mejor votar a Escaños en blanco que votar en blanco pues ambos están pidiendo lo mismo pero la papeleta vacía beneficia a los mayoritarios.

Respecto a Escaños en blanco y a su propuesta concreta, dejadme que imagine por un momento un hemiciclo medio vacío, no porque sus señorías no ocupen sus escaños, sino porque no haya señorias para ocuparlos, la idea me parece tan genial y sería -de ser apoyada por mucha gente- tan eficaz  para cuestionar el sistema, que no entiendo cómo se nos escapa; quizá porque haya demasiados intereses partidistas, aunque sean de minoritarios,  también entre nosotros. Sin la reforma los partidos pequeños no tienen futuro y la democracia seguirá siendo débil en su representatividad. Sé que no se han podido presentar en todas las circuncripciones, pero donde estén habría que planteárselo y donde no estén, se puede votar nulo escribiendo 15M, o Escaños en blanco, o por la reforma electoral, o todo a la vez...
Todo esto, como no podría ser de otra manera, es una opinión personal que comparto a modo de reflexión, nada más.

2 comentarios:

alma dijo...

Pues si escaños en blanco se presenta aquí cuenta con mi voto ya, y si no, pues votaré a Adolfo Suárez :P que mi padre tiene que tener papeletas viejas por casa :P

Un beso

Antonio Cabello dijo...

Jajajaja Alma, lo mismo hasta la dan por válida. Bueno a ver si sobrevivimos a la campañita que nos espera que cada día que pasa me cabreo un poquito más.
Un beso.