¿Qué pensarías si tu empresa, para vender más barato, te obligara a trabajar más de catorce horas diarias, sin ningún derecho laboral y cobrando una miseria?
¿Qué pensarías si te enteraras de que en otros países, para vivir mejor, exigen que los precios sean muy económicos y les da igual cómo se consiguen esos precios?
Esta es una de las cuestiones que más me cuestionan: el subdesarrollo de los países del Tercer Mundo, sus precarias condiciones, su incapacidad para salir adelante, tiene, entre otros motivos, su razón de ser en que yo, aquí en el Primer Mundo, pueda consumir y beneficiarme de unos productos que esclavizan a niños y adultos hasta la indignidad.
La justicia social exige unas condiciones dignas para todos, aunque tenga que comprar más caro, aunque, para ello, tenga que empobrecerme un poco. Si conseguimos romper la espiral del comercio injusto con un consumo responsable, boicoteando los productos que nacen de la explotación de seres humanos, podremos conseguir el desarrollo de los pueblos y frenaremos la emigración obligada por las paupérrimas condiciones de vida.
En el enlace que he puesto arriba podemos informarnos en detalle de las organizaciones que trabajan y promueven el Comercio Justo y actuar en consecuencia. Dejo mi propuesta para que utilicemos las tiendas que vienen indicadas en su web. El tema queda planteado.
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